Es una pregunta un tanto extraña, diréis muchos; el dinero huele a dinero, los billetes a papel y las monedas a metal. Sin embargo, si acercamos la nariz a a la divisa etíope, nuestra glándula pituitaria percibirá un olor amargo. Sólo unos segundos hacen falta para identificarlo.
Es la injera, la cómida típica etíope. Todos los miembros de la familia se sientan en torno a este único plato que comparten. Sobre una base de una especie de tortilla al estilo mexicano o crepe si la comparación es Francia, se coloca carne, legumbres y verduras. La manera de comerlo es envolver con la injera el guiso que está sobre ella y romper ese pedazo para llevárselo a la boca.
Y aquí desvelamos el misterio, sí, los etíopes comen todos los días injera, y siempre con la mano y ese olor es el que impregna los billetes. La injera está hecha de un cereal que sólo encontramos en Etiopía, el Teff.
El teff tiene un sabor y olor amargo. Al igual que piensan muchos de la tónica, nunca gusta la primera vez, pero ha alimentado a los etíopes durante 4000 años. Además no tiene gluten y por eso muchas empresas ahora lo importan o cultivan en otros países.
Esta foto la tomé durante la eucaristía en las Iglesias de Lalibela, uno de los lugares más bonitos que he vistado.
Once capillas excavadas hasta 11 metros en la roca, en torno al 1200. Son Patrimonio de la Humanidad, al visitarlas uno se puede encontrar inmerso en un culto ortodoxo, religión mayoritaria en Etiopía.
Hay muchos etíopes con muy poco dinero, pero pocos son miserables. Fue en sus tierras donde se econtraron los restos de los primeros homínidos y ellos presumen con orgullo de haber sido la única nación africana que nunca fue colonizada. Descendientes de Salomón y la reina de Saba merece la pena mirarles a los ojos para romper cualquier estereotipo que podamos tener de África.